Circo Jonas, Diario de kevin: Tiempos Felices parte 3
Una fuerte patada en las costillas y un latigazo sobre mi espalda me despertó. Joe estaba a mi costado inyectándome con una larga jeringa, Nick sostenía el látigo en su mano, y Miley estaba agachada delante de él, y su lengua se movía tan rápidamente que sólo podía ver un borrón. Joe me volvió a patear y me gritó que me limpiara el vómito del cuerpo, que ya ibamos a bajar. Una hora después, estábamos en un hotel de Amsterdam, desempacando. En el cuarto ya estaban christian, miguel y rasputín, los tres imbéciles que se pondrían máscaras de nosotros y tomarían nuestro lugar para que nosotros salieramos a disfrutar la noche de Amsterdam. Si hubiera sabido lo que me esperaba, nunca hubiera abandonado mi jaula y mi repulsivo almuerzo...
A punta de pistola, mis dos hermanos me llevaron al que decía ser el club de dominatrices más violento y pervertido de la ciudad. Ellos se fueron y me dejaron a cargo de tres rubias muy pechugonas que llevaban ropa de verdugo medieval. Ellas me llevaron a un cuarto blanco, donde me encadenaron muy fuerte a una cruz, y me bajaron los pantalones. En las paredes del cuarto colgaban cosas muy extrañas... escobas viejas, tapones de bañera, bolsas de sazonador de limón y sal, collares de púas y un consolador largísimo forrado en papel de lija. Apagaron las luces, y preferiría no contarte más de lo que ocurrió, mi querido diario. Sólo te diré que para mí... ahora existen formas diferentes de ir al baño.